jueves, 26 de marzo de 2009

Un destello.

Un destello brillante, llama mi atención.

Un sonido repentino, me hace alzar la mirada.

Un amor repentino, sacude mi corazón.

Es tu presencia, la que produce esa agradable sensación

en mi alma maltratada.

Una espera insoportable antes de una cita contigo

una desazón maldita cuando estoy lejos de ti.

campanas lejanas o el brillo de una luz en la lejanía

me empujan a buscar tu aliento, tu tacto y tu sentir.

Doktor Jeckill. Marzo 2009.

sábado, 7 de marzo de 2009

El bastón.

Mujer sola, orgullosa e independiente.
Luchaste por quien por ti, jamás luchó.

Te sentiste sola y con el “culo al aire” demasiadas veces
con hombres que no te valoraron ni la mitad de lo que te mereces.

Te acostumbraste a subir por empinadas laderas de afiladas aristas
de pedreras que te hacían caer, hiriéndote los tobillos, las rodillas y las manos.

Luchadora y leal, no viste la reciprocidad de tus actos.
Acabaste viéndote sola y la única mano que te ayudaba, se encontraba al final de tu brazo.

Ahora ya estás mayor y cansada.
Las heridas de tus rodillas aún no han cicatrizado.

Por eso Dios te mandó un bastón.
Con el que puedes apoyar el peso de tu cansancio, con la confianza de saber que no caerás.

Un bastón que te podrá sostener cuando en otro momento, había una solitaria caida.
Un bastón que te ayudará a levantarte desde el suelo sin herirte las manos.

Un bastón con el que el camino, es mas calmado, seguro y cómodo.
Un bastón que mantendrá alejado a quien te quiera hacer daño.

Confía en tu bastón y aprende a utilizarlo adecuadamente.
De nada te sirve llevarlo a tu zaga o arrastrando cualquiera de sus extremos.

El bastón de alguien que confía en el poder de su apoyo
es un bastón feliz. Un bastón seguro, un bastón que es útil.

De nada sirve un bastón olvidado en el paragüero de la entrada,
cuando debes de caminar por el accidentado camino de la vida.

Se que nunca antes tuviste un bastón en el que apoyarte.
Pero ahora lo tienes.
Déjame ser tu bastón.

Doktor Jeckill. Marzo de 2009.