miércoles, 3 de junio de 2015

Dame algo... porque yo lo valgo

Hoy he comenzado a realizar un nuevo experimento social.

Cuando los mendigos profesionales me han abordado por la calle vaso en mano para pedirme dinero o los gorrones de terraza me han venido a molestar mientras tomaba una cerveza para pedirme pasta, he optado por descubrirme la gorra de la cabeza y pedirles yo la pasta a ellos o a los de la terraza les he pedido que me paguen la cerveza.

Su cara de perplejidad ha sido bestial y cuando los mas atrevidos me han preguntado molestos, que por que lo hacía, les he contestado que, "puestos a echarle morro al asunto" yo también tenía el mismo derecho que ellos a pedirles dinero.

No por ser un gitano rumano o por llevar la ropa con mas mierda, debemos suponer que nuestro interlocutor no tiene problemas, una familia que mantener o que está pasando por problemas económicos gravísimos.
Aún así mantiene la dignidad de continuar luchando por un trabajo, por un quehacer, una vivienda... y se preocupa de madrugar, de mantenerse limpio y "socialmente aceptable" para poder salir del bache.

La mendicidad organizada activa (la que te va molestando e increpando para que "aflojes la gallina") es ya un mal endémico de nuestras ciudades. No se trata en su mayoría siquiera de vecinos que han caído en desgracia, sino de bandas mafiosas internacionales, que se dedican al tráfico y explotación de seres humanos.

Los pobres... los de verdad, no suelen molestar. Aparcan sus cuerpos y la verguenza que sienten o su derrota, les impide incluso levantar la cabeza y mirarte a los ojos.

Los que "le echan morro", no son mas que "profesionales del parasitismo social" y como tal... si es cuestión de echarle cara... Yo le puedo echar aún mas que ellos.

Ya son demasiados y muy mal acostumbrados. Exigen un derecho que no se han ganado jamás y o bien le ponemos fin a esos abusos, o ya habrá mas pedigueños por las calles, que pardillos a los que sablear , moneda a moneda.

Y mientras tanto, los necesitados de ayuda de verdad... aparcados en la sombra.