miércoles, 17 de agosto de 2016

Cuando el águila no vuela




A un águila acostumbrada a volar alto, no la puedes dejar en tierra con las alas rotas.
No la puedes recluir en una jaula de hormigón y asfalto en la que no pueda sentir el viento en sus plumas.
En un lugar en donde la noche no tiene estrellas y las puestas de sol juegan al escondite tras la silueta de altos edificios mientras el aire huele a podrido y a elementos industriales contaminantes.

A un águila no la puedes mezclar entre reptiles, ni entre mascotas... porque ni se arrastra ni es un ser domesticable.
Cuando un águila no puede volar, pierde la esencia de su ser.
Y por la noche sueña cada vez que la invade el sueño en volar.
En volar alto... mas allá de las nubes. Donde sentir la caricia del sol de la primavera en el rostro y el frío de las capas mas altas de la troposfera colarse entre sus sólidas plumas.
Sentir como se moja cuando atraviesa las nubes, sentir la velocidad de un picado, sentir el vigor de sus músculos con el sobreesfuerzo...

Un águila no bebe agua embotellada ni de grifo. Sino que necesita de manantiales de agua pura y fria de la alta montaña para beber.
Un águila no sabe abrir envases con "abrefácil", ni come carne que no haya cazado antes. En la que impregnarse del espíritu de la caza para la que fué creada.

Si a un águila le quitas todo eso, te quedará un ave con aspecto de águila... pero ya no será un águila exactamente.
Tan solo en su recuerdo, en su ser, en su esperanza... seguirá permaneciendo lo que es, en su esencia y espíritu.
Y poco a poco, el brillo de su mirada se vaya apagando según le van abandonando el recuerdo, la esperanza... las ganas de vivir.

Sin poder volar... Un águila no es la bella criatura que nos recuerda lo que representa la libertad que todos anhelamos.
Aunque respire, aunque parpadee... ya solo es solo una triste rapaz muerta.

Doktor Jeckill. Agosto de 2016.

lunes, 1 de agosto de 2016

No pretendo agradar a todo el mundo

No pretendo agradar a todo el mundo... y la verdad, es que me suda mucho los cojones.

Poseo una educación exquisita, de la que hago gala con quien me sale de la polla.

Tengo unos ideales, una sólida ética y moral que me impiden "seguir la corriente" al cúmulo de despropósitos que la dictadura progre nos impone diariamente en nuestra ya podrida sociedad.

Con la edad y con la experiencia, he descubierto que ninguna "gran causa" está limpia, que el relativismo es el gran enemigo del sentido común y que los que enarbolan la bandera del buenismo, suelen ser siempre, una manada de hijos de puta hipócritas, con intereses ocultos en su propio beneficio.

Que la gente es gilipollas, que los políticos y los manipuladores profesionales lo saben y que actúan en consecuencia .

Que no pretendo liderar nada, que tan sólo intento vivir feliz y honradamente, sin putear a nadie y ayudando a quien merece una mano amiga.

Que la única manera de "salvar el mundo" hoy en día, es de hacer lo correcto cuando nadie te mira y hacer lo posible para que en tu más cercano entorno, hagas felices a quienes aprecias .

Que estoy harto y asqueado de la sociedad actual, de las leyes, de la corrupción, de la estupidez...

Que la corrupción política y empresarial, no es más que un fiel reflejo del resto de la sociedad.

Que a veces, existen excelentes empresarios y trabajadores que son unos hijos de puta .

Que hombres y mujeres vivíamos felices en armonía y en complementariedad hasta que el feminismo se cargó miles de años de evolución natural e imponiendo sus leyes antinaturales por imposición social y judicial.

Que la inmigración debe ser solamente para quien desea aportar su honradez y buen hacer sin resultar molesto o una carga, para la sociedad que le acoge .

Que abusar de quien no te ha hecho nada malo, es de seres muy oscuros.

Que no todo está justificado, ni por sus métodos ni por sus fines. Que ninguna lucha es legítima cuando perjudica a personas inocentes y ajenas a esa lucha.

Que la patria nada tiene que ver con sus dirigentes, sino con sus ciudadanos, sus símbolos, sus costumbres...

Que prefiero ser querido que temido y despreciado por mi sinceridad a ser querido por mi hipocresía.

Que a veces me asalta la duda de si el día que ya no esté, alguno de vosotros me echará de menos y se dignará a llevar flores a mi tumba o beba mientras brinda en honor a mi , bajo mi retrato.

A veces, cuando tienes la posibilidad de parar "la carrera" del día a día durante unos instantes, te puedes permitir el lujo de pensar calmadamente sobre lo que te rodea.