lunes, 27 de febrero de 2012

Noche de concierto... sobre ruedas


A veces, cuando vemos a una parejilla de enamorados, nos choca que no sean siempre altos, guapos, sanos, rubisimos, con los ojos azules y un yogur desnatado en la mano.
Pero el amor no entiende de barreras, de limitaciones... Salvo cuando una sociedad cada vez mas estúpida, se empeña en etiquetarlo de una u otra manera.
De sentirse juez, jurado y ejecutor de nuestras propias minusvalías mentales reflejadas en nuestras críticas, nuestros temores, nuestros límites en una escasísima amplitud de miras, pretendiendo imponer escarnio público a aquellos que osen saltarse los límites (mentales) de los mas obtusos (y numerosos).

Vivimos en una sociedad del "buenrrollismo", de lo "políticamente correcto"... hasta haber llegado a un nivel de estupidez supina.
Las minusvalías no existen en nuestro sistema locomotor o cognitivo. Solamente nacen de una mente enferma o un corazón oscuro.