jueves, 1 de diciembre de 2011

Acabando el día.



Son las siete de la mañana. Fin de semana.
Camino por pasillos vacíos y escucho el sonido de mi propio paso acelerado. El murmullo de unas escaleras mecánicas que aguardan mi llegada unos pasos mas adelante y el hallazgo de los primeros seres humanos en la soledad del túnel de la estación. Devuelvo el saludo y comparto la mirada cansada pero complaciente de los muchachos que velan por la seguridad en la red del Metro de Madrid.

Vagones solitarios pero bien iluminados que se cimbrean en las curvas del túnel como las caderas de Shakira, hacen que prefiera sentarme en uno de esos asépticos e incómodos asientos de plástico que bordean el perímetro del vagón por su interior.

Pintadas de gilipollas egocéntricos que creen que expresan arte, cristales arañados por niñatos sin civilizar, medios de salvamento o evacuación maltratados y deteriorados por esa misma “fauna”...

Sentimientos de aprobación hacia los trabajadores del metro y desaprobación hacia los usuarios que encuentro de cuando en cuando. Chavales que no superan los veinte años de edad, completamente borrachos que dormitan (cuando no roncan directamente), al borde de la inconsciencia absoluta, recorriendo la línea ferroviaria de fin a fin, usando el vagón como improvisado dormitorio resaquil.

Al salir de la estación, me abofetea en toda la cara un fuerte y hediondo olor a vómitos. Mas borrachos, fumetas y perroflautas en el exterior de la estación de Tribunal, mientras que los operarios del ayuntamiento limpian denodadamente y con esfuerzo, toda esa montaña de pis, vómitos, envases vacíos de bebidas, colillas de cigarros y mierda variopinta que los allí presentes aún arrojan a los pies de los barrenderos con relativa mofa y desprecio.

Bromas entre desconocidos e intentos de confraternizar en medio de eflubios alcoholicos que les hacen resultar patéticos a los ojos de quienes no se encuentran en su mismo estado (los menos).

Continúo caminando calle abajo con paso acelerado. Hace un frío de pelotas y tengo que esquivar continuamente a grupos de mas borrachos que, envalentonados por el abrigo del grupo, se golpean accidentalmente como estúpidas polillas o rompen deliberadamente, todo lo que se encuentra en un radio de distancia de unos dos o tres metros a su alrededor.

En cada esquina, como si se tratase de mobiliario urbano puesto por el ayuntamiento, chinos cargados con latas de cerveza y bolsas con algo caliente para comer. Puntuales durante la noche de fin de semana para atender la demanda de erráticos beodos que tras el cierre de garitos varios, deambulan sin rumbo concreto por las calles.

Un poco mas allá, saludo a las voluptuosas señoritas que ejercen el oficio mas antiguo del Mundo con la esperanza futura de pagarse un viaje a Thailandia y realizarse una operación de cambio de sexo (ahora llamado “género” por las hembristas) y que suelen ser la primera sonrisa y palabra amable que recibo por las mañanas cuando salgo a trabajar muy temprano desde hace años.

Llego a casa. Por fin, tras setenta y dos escalones de ascenso por unas viejas escaleras de madera que antaño vieron la suela de los zapatos de hidalgos y villanos de varios siglos, giro con la llave la cerradura de seguridad y penetro en la calidez, el silencio y la paz de mi hogar.

Unos ojillos inquietos y atentos, enmarcados en un rostro peludo, me aguardan a los pies de la entrada esperando una caricia y un saludo. Sandokán, el gato, que con poca cancha que le dé, intentará jugar pegándose conmigo durante un rato mientras me desvisto.

Una voz que llega desde lo alto del dormitorio me saca de mi mundo. “Cariiii, vén”. La frase se repite como un ruego lastimero de un ser de ultratumba.
Pero no es tal, sino Carmen, que me llama desde la cama, sumida aún en alguna de las fases del sueño, que busca el contacto epitelial con mi piel, bajo las sábanas.
Acaba el día para mi, aunque paradójicamente, en breve comience para el resto de mortales.

Doktor Jeckill. 2011.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Contra la industria artificial del "maltrato a la mujer"


Creo que nadie justifica la violencia contra la mujer....... ni contra los perritos, los gatitos, los ancianos o los niños. Hasta aqui todos estamos de acuerdo.
¿Por que entonces se incita públicamente con linchamiento mediático incluído hacia los hombres INOCENTES, pero acusados de violencia contra sus parejas?
El negocio hembrista, que ha apoltronado a cientos de tipejas (y tipejos) en despachos institucionales con cargo (¡y que cargo!) al erario público y que tan solo predican el odio, la misandria y la persecución del hombre por el mero hecho de serlo.

Destrucción de familias, hijos sin padre, miles de hombres (Mas del 5% de la población masculina española afectada) arruinados, encarcelados, convertidos en parias sociales...
y TODO POR LA "PASTA".

Me cago en el dia internacional contra la violencia a la mujer con la misma fuerza con la que defendería a una mujer que esté siendo realmente agredida o maltratada.

En mi pasado ya lo hice y sacudí a mas de dos indeseables por ese motivo, pero también sufrí en propias carnes el calvario resultante de una denuncia falsa.

Soy un hombre fuerte y equilibrado emocionalmente, pero confieso que tal ignonimia sufrida, caló en mi, dejando una huella muy visible y marcada, de la que nunca podré librarme.

Que existan malas personas, no podemos evitarlo, pero no les demos ni el poder, ni el dinero, ni la justificación para lucrarse con la destrucción de personas inocentes.

NO A LA LIVG, NO AL SAP, SI A LA CUSTODIA COMPARTIDA DE LOS HIJOS POR DEFECTO Y NO A CONVERTIR A UN HOMBRE EN UNA MERA "HUCHA" A LA QUE SANGRAR.
Y SOBRETODO, NO A LAS DENUNCIAS FALSAS Y A QUE CAIGA DE OFICIO, TODO EL PESO DE LA LEY SOBRE ELLAS.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Linchamiento y paranoia mediática de género

Harto de la paranoia y la caza de brujas que ha creado la maquinaria propagandística del gobierno y el lobby hembrista.

Hemos llegado a un nivel de paranoia generalizada y esta gentuza ha conseguido que a cualquier hombre se le considere (y trate) como a un bestia maltratador.

Sin ir mas lejos, ayer 18 de octubre de 2011, aprovechando que me encuentro de vacaciones en mi trabajo (me debían 15 días), acompañé a diversos sitios a mi pareja.
Nada importante. Simplemente recados rutinarios y algún paseo por la zona centro de Madrid para cuestiones de lo mas doméstico.

Desgraciadamente, mi pareja cayó por las escaleras del portal de casa (una vieja edificación con solera y escaleras de madera) el viernes pasado. Un importante golpe en la cabeza con herida inciso-contusa que le ha merecido una costura en forma de “L” , que por suerte oculta con el flequillo, tres puntos debajo de la barbilla y el labio inferior bastante perjudicado al ser perforado por las piezas dentarias.

Ayer martes, el hematoma de la cabeza, por cuestiones de la fuerza de la gravedad, le había producido que llevase los ojos morados por la acumulación de la sangre del golpe en la cabeza.

La “primera en la frente” fué en la consulta del médico de cabecera. Preguntas de parroquianas sobre “si había denunciado”, empecinamiento del médico en aplicar test y protocolo sobre maltrato e incluso comentarios dándo por sentado un maltrato de pareja por parte de las administrativas del centro de salud.

Posteriormente, en la calle, miradas hacia ella, primero y después hacia su acompañante (yo) que íbamos de la mano. Las miradas hacia mi por parte de los viandantes eran un poema. Un poema de desprecio y gestos.

Nos acercamos al Corte Inglés de Sol. Tercera planta. Consumíbles de informática para comprar un cartucho de tinta para la impresora.
Las maduritas dependientas que suelen colmarme de sonrisas y atenciones normalmente, hoy contemplan a mi pareja... me miran de arriba a bajo a mi y con cara de desprecio y una gélida frialdad hacia mi, me “despachan” rápidamente sin proporcionarme lo que buscaba, ni molestarse en mirar en el ordenador si podía haber stock en almacén o en otro centro cercano (cosa que suelen hacer en las otras ocasiones).

Ya fuí hace años acusado falsamente por malos tratos. Condenado por la sociedad, la prensa del lugar y por una jueza prevaricadora. Posteriormente fuí absuelto judicialmente de todos los cargos (en apelación) y aceptado por la totalidad de la gente que me conocía realmente.
Solamente fuí apoyado en aquella ocasión por mi familia y paradójicamente, por mis ex-parejas que sabían perfectamente que mi carácter y forma de ser, eran incompatibles con las barbaridades que fiscales y periódico (La voz de Galicia) describían sobre mi.

Ayer volví a sentirme maltratador. Volví a sentirme paria de la sociedad. Volví a sentir como el desprecio de la gente se clavaba como cuchillos sobre mi persona.

¿Cuando parará esta paranoia creada artificialmente por gentuza con ansias de poder y dinero?
La industria del maltrato funciona como un reloj suizo.

Pero la gente de la calle, ni se plantea que una mujer puede sufrir el asalto de un ladrón, una agresión de diverso tipo, que hubuese sufrido un accidente laboral, que la mujer sea una abnegada boxeadora, que pueda haberse realizado un “trabajito” estético o que simplemente... se haya caído por las escaleras.

Siempre es mas fácil que la turba de borregos echen la culpa al macho agresor... Aunque ese macho, no sea mas que el compañero que cuida y limpia las heridas de su pareja herida.

domingo, 25 de septiembre de 2011

LA TORTUGA EN EL POSTE



Un joven está paseando por la plaza de un pueblo y decide tomar un descanso.
Se sienta en un banco... al lado hay un señor de más edad y, naturalmente, comienzan a conversar sobre el país, el gobierno y finalmente sobre los políticos.

El señor le dice al joven:
- "¿Sabe? -
LOS POLÍTICOS, SON COMO UNA TORTUGA EN UN POSTE
Después de un breve lapso, el joven responde:
- "No comprendo bien la analogía... ¿Qué significa éso, señor?"

Entonces, el señor le explica:
"Si vas caminando por el campo y ves una tortuga arriba de un poste de alambrado haciendo equilibrio" ¿Qué se te ocurre?
Viendo la cara de incomprensión del joven, continúa con su explicación:

- Primero: No entenderás cómo llegó ahí.
- Segundo: No podrás creer que esté ahí.
- Tercero: Sabrás que no pudo haber subido solita ahí .
- Cuarto: Estarás seguro que no debería estar ahí.
- Quinto: Serás consciente que no va a hacer nada útil mientras esté ahí.
"Entonces lo único sensato sería ayudarla a bajar."

EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES ,

HAGÁMOSLO BIEN, TRATEMOS DE QUE NINGÚN ANIMAL SUBA AL POSTE.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Concierto callejero en re menor.

Increíble concierto a la altura del nº 18 de la c./ Fuencarral (Madrid) a las 22:00 h de un martes 09/Agosto/2011.

Una pareja de violinistas.
Ella una deliciosa jovencita vestida con un ceñido vestido de satén rojo.
Él, mas acorde con las calles de Madrid un mes de Agosto.
Con toda la pinta de ser ambos, ciudadanos de uno de los países del este de Europa, nos deleitaron con un increíble concierto a dos violines interpretando tanto a compositores eslavos, como italianos, austriacos, etc.

Estuve a punto de llamar a un telepizza y cenar en la calle sin despegarme de estos virtuosos de la música que se encuentran en las antípodas de los molestísimos gitanos rumanos que joden por las terrazas con su trompeta o acordeón sin haberse dignado aún a aprender a tocar el instrumento.

Enhorabuena a esta parejilla de profesionales. Un pedazo de concierto en las calles de Madrid con coste 0 para el ayuntamiento y los ciudadanos (bueno, menos los euros que voluntariamente les dimos los viandantes).

miércoles, 19 de enero de 2011

Aparcamiento en bateria

Hace unos días, caminando de nuevo por Madrid, encontré una vez mas, una de esas escenas que te llaman desde dentro y necesitan que inmortalices a golpe de disparador fotográfico.

Por fortuna,iba pertrechado con mi cámara y realicé la foto correspondiente.

¿denuncia social?,¿arte gore?,¿batidora de conciencias disfrazada de foto?...

La verdad es que no lo sé muy bien. lo que si supe desde el primer instante es que la foto se titularía: "Aparcamiento en batería"

martes, 2 de noviembre de 2010

El colmo del morro indigente-pedigueño

No termino de entender como toleramos el abuso de "presuntos indigentes" que parasitan de nuestro dinero (obtenido con el esfuerzo de nuestro trabajo)y que tras la organización mafiosa para la que muchos trabajan, creen que somos la hucha mundial.

No tienen dinero para comer, pero la gran mayoría fuma y bebe. No madrugan ni trabajan, pero tienen generalmente propiedades adquiridas con nuestro dinero.

Explotan a sus menores, sin que las autoridades les quiten la custodia de los mismos.

Pero todas estas cosas mencionadas, son mas o menos "invisibles" para los viandantes.

Pero el colmo de una indigente que vi hace poco en la madrileña Puerta del Sol, es el hecho de verla marcar un número de su flamante teléfono móvil y tirarse alrededor de media hora hablando por él.

Ignoro si posee "tarifa plana" con su operador, pero yo que madrugo, trabajo pluriempleado y pago mis impuestos y sanciones varias impuestas por los estamentos oficiales, no me puedo permitir el lujo de llamar por el teléfono y hablar durante largo rato si deseo que mi operador no me de un "estacazo" de mas de 100 euros a fin de mes.

Por si no os lo podéis creer, he aquí la "foto del delito" :

Con todo esto no quiero decir que no existan personas menos favorecidas o caídas en desgracia a las que podríamos ayudar. De hecho, durante un corto periodo de tiempo yo me vi en aquella misma situación, pero de eso a que los vagos y jetas nos tomen el pelo, hay un largo trecho.

Abogo por dar semillas al que tiene hambre para que pueda comer durante largo tiempo... pero después de trabajarse un cultivo. El trabajo y la inserción social dignifican. Pero no el creerse con unos derechos adquiridos porque la vida nos jodió un día y no queramos molestarnos en intentar salir de esa situación o dar palo al agua el resto de nuestra existencia.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Incoherencias


Hace varios meses que tengo esta simpática foto de este graffiti.

Incoherente a rabiar,en realidad, la historia se remonta a algo mucho mas lógico.
Se trata de un punto de penetración habitual de grafiteros a unas instalaciones de RENFE y el graffiti ha sido perpetrado por los miembros del equipo de seguridad,con spays confiscados a grafiteros detenidos.

Curiosamente, es bastante absurdo el hecho de grafitear un tren. Inversión en pinturas,riesgo de ser "pillados" por los seguratas,riesgo de lesiones al acceder a las instalaciones, etc
¿Y para que?
Para que en menos de 24 horas, el graffiti haya sido retirado, limpiado, fotografiado y archivado digitalmente para la investigación y captura de los autores.

RENFE invierte al año unos 7 millones de euros en limpiar sus trenes. Cualquier acto incívico revierte negativamente al final en el bolsillo de los ciudadanos y muy especialmente a los usuarios del servicio de transporte (Curiosamente la mayoría de grafiteros lo son).

Habría que plantearse seriamente que es mas ilógico e incoherente: Si esta pintada o intentar grafitear trenes.

viernes, 1 de mayo de 2009

¡¡Feliz dia del trabajador!!

Es decir... a los pocos que aún tienen trabajo. A los pocos que disfrutan con el. A los que reciben un reconocimiento por su valía por parte de sus compañeros y superiores y tienen un salario digno.

A los que aún tienen subsidio de desempleo o no les han quitado la asistencia sanitaria y seguridad social.

Felicidades a todos aquellos que no viven en la indigencia porque su sueldo se lo queda prácticamente íntegro su ex-mujer o incluso a los que perdieron el curro tras una denuncia falsa de malos tratos al separarse de su antigua pareja.

Felicidades a aquellas mujeres que cobran el mismo salario que sus compañeros varones. Que fueron contratadas a sabiendas de tener pareja o a aquellas que no fueron despedidas al quedarse embarazadas.

Felicidades a todos aquellos trabajadores a quienes no chulean parte de su salario a fin de mes ni su propio jefe, la DGT o el ministerio de hacienda.

A todos aquellos a quienes no se levantan con miedo cada dia de haber sido despedidos o con la sombra en su empresa de un falso ERE.

Felicidades a todos aquellos que no sufren "mobbing" y a aquellos quienes no tienen ganas de partirle la cabeza al inútil-cabrón de su jefe.

Felicidades a aquellas trabajadoras que no sufren ni acoso sexual ni las iras de un jefe déspota.

Felicidades a "todos" ellos.
¡FELIZ DIA DEL TRABAJADOR!

jueves, 26 de marzo de 2009

Un destello.

Un destello brillante, llama mi atención.

Un sonido repentino, me hace alzar la mirada.

Un amor repentino, sacude mi corazón.

Es tu presencia, la que produce esa agradable sensación

en mi alma maltratada.

Una espera insoportable antes de una cita contigo

una desazón maldita cuando estoy lejos de ti.

campanas lejanas o el brillo de una luz en la lejanía

me empujan a buscar tu aliento, tu tacto y tu sentir.

Doktor Jeckill. Marzo 2009.

sábado, 7 de marzo de 2009

El bastón.

Mujer sola, orgullosa e independiente.
Luchaste por quien por ti, jamás luchó.

Te sentiste sola y con el “culo al aire” demasiadas veces
con hombres que no te valoraron ni la mitad de lo que te mereces.

Te acostumbraste a subir por empinadas laderas de afiladas aristas
de pedreras que te hacían caer, hiriéndote los tobillos, las rodillas y las manos.

Luchadora y leal, no viste la reciprocidad de tus actos.
Acabaste viéndote sola y la única mano que te ayudaba, se encontraba al final de tu brazo.

Ahora ya estás mayor y cansada.
Las heridas de tus rodillas aún no han cicatrizado.

Por eso Dios te mandó un bastón.
Con el que puedes apoyar el peso de tu cansancio, con la confianza de saber que no caerás.

Un bastón que te podrá sostener cuando en otro momento, había una solitaria caida.
Un bastón que te ayudará a levantarte desde el suelo sin herirte las manos.

Un bastón con el que el camino, es mas calmado, seguro y cómodo.
Un bastón que mantendrá alejado a quien te quiera hacer daño.

Confía en tu bastón y aprende a utilizarlo adecuadamente.
De nada te sirve llevarlo a tu zaga o arrastrando cualquiera de sus extremos.

El bastón de alguien que confía en el poder de su apoyo
es un bastón feliz. Un bastón seguro, un bastón que es útil.

De nada sirve un bastón olvidado en el paragüero de la entrada,
cuando debes de caminar por el accidentado camino de la vida.

Se que nunca antes tuviste un bastón en el que apoyarte.
Pero ahora lo tienes.
Déjame ser tu bastón.

Doktor Jeckill. Marzo de 2009.

miércoles, 28 de enero de 2009

El Angel de la Muerte



Sam, estaba cansado.
No. no es que hubiese tenido un dia muy ocupado. Era su vida la que anímicamente lo había agotado emocionalmente.

A sus casi cuarenta años de edad, había sufrido y disfrutado de una vida plena, intensa. Con grandes pasiones y experiencias, además de grandes fiascos económicos y sentimentales.

No había tenido suerte en el amor. Y a pesar de haber tenido siempre a mujeres en su vida. O bien no le habían llenado o bien se había equivocado de mujer a la hora de amar. Eligiendo siempre entregar su corazón a las peores víboras del género femenino.

Sam, había realizado casi todos los sueños de su infancia y juventud. Había trabajado en los empleos mas exóticos y había sido bastante bueno en todos ellos.
Desde hacía algún tiempo, dedicaba su creatividad a escribir relatos como este, a escribir reportajes sobre el mundo de la moto y la kustom kulture y a fotografiar modelos y motos espectaculares a partes iguales.

Vivía de prestado en el piso de un familiar en Wickenburg. Una pequeña ciudad de Arizona, a medio camino entre Phoenix y Flagstaff. No lejos de la mítica route 66.
Le apasionaban las puestas de sol en el desierto, el misterio del salvaje oeste, la cultura india y los choppers y los viejos hot rods californianos.

Allí disponía de material mas que suficiente para publicar en las revistas en las que colaboraba desde hacía ya muchos años. Pero en realidad, se trataba también de una excelente escusa para montar en su vieja motocicleta por las largas highways, con la única compañía del sonido de sus escapes, bajo el cálido sol de invierno del desierto americano.

Sam apenas salía ya a fiestas, concentraciones, rides, shows, conciertos o festivales que organizaban los bikers del oeste de los USA. Viejos conocidos en su mayoría, pero de los que necesitaba descansar.
Mas de lo mismo siempre. Las mismas actividades, las mismas caras y la misma marca de cerveza con la que olvidaba las penas mas latentes de la temporada.
Desde que estuvo en la cárcel por algún tiempo, por un crimen que no había cometido, le había cambiado bastante el carácter. Se había vuelto mucho mas reservado y se consideraba de alguna manera un preso politico. Una cabeza de turco de un sistema cada vez mas opresor, hipócrita, borrego y mojigato.

Cada día se introvertía mas en su especie de concha. Un muro infranqueable para los demás en el que no había sitio para el “mundo exterior”. Un lugar tremendamente triste, pero creativo, del que Sam, obtenía excelentes ideas para sus trabajos mas sobresalientes y aplaudidos.
La sensación de estar a la vuelta de todo en la vida. Lo que le privaba de sensaciones nuevas que pudiesen emocionarle o ilusionarle por lo que fuese, le hacían sentir cada día mas cansado de su vida y aburrido. Sin alicientes. Sin ganas de ver salir el sol una vez mas por las mañanas.



Aquella noche, Sam no podía dormir.
Había acabado un par de artículos, había enviado algunas fotografías a redacción por correo electrónico y había tratado de ver un rato la televisión. Tras quince minutos, cambiando de canal, se había convencido, de que no echaban nada interesante por la tele.
Dos cervezas mas tarde y una hora leyendo en la cama un libro que había comprado unos días antes, le convencieron de que esa noche no era noche para estar en casa.
Necesitaba darse un paseo por la noche del desierto, acompañando desde el asfalto, la melodía del aullido de los coyotes con el ronco sonido de su Harley Davidson negra como la boca del infierno.

Se vistió sin ceremonia, como miles de veces antes, lo había hecho casi a diario. Arrancó el motor de su caballo de acero y salió por las calles de la ciudad, iluminada por una preciosa luna llena y las luces interiores de algún que otro autobús nocturno.
Atravesó las amplias y mojadas avenidas de algunos suburbios de Wickenburg, en donde en algún punto indeterminado desaparecen las viviendas, para dejar paso a algunas naves industriales, almacenes y ya por fin, la soledad y planicie del desierto.

Hacía una noche agradable, tan solo amenazada por la presencia de unos rayos y el apagado sonido de algunos truenos en la lejanía. Corría la suave brisa del desierto que acariciaba su piel húmeda por el sudor y hacía rodar de vez en cuando algún que otro arbusto redondo, que cruzaba imprudentemente la banda de asfalto de la carretera solitaria.

Sam apretó el puño del gas a través de aquella carretera solitaria y sin apenas curvas durante varias millas. Hasta que se sintió solo e insignificante bajo el cielo estrellado.
Podía contemplar perfectamente el cinturón de estrellas que componían la Via láctea, asi como la estrella polar, las osas menor y mayor, el guerrero Orión o la “W” de Casiopea.
Parado en aquel lateral de aquella carretera solitaria, se sentía en contacto directo con Dios.

Solo ellos dos, para hablar o sentir lo que les saliese de la polla, sin que nadie les interrumpiese.
Era la única iglesia que pisaba Sam desde hacía muchos años. La única iglesia que había construído Dios. Y no los hombres, como había descrito en alguna ocasión a una pequeña selección de amigos íntimos.



No se sabe cuanto tiempo estuvo Sam parado en aquella cuneta, bajo la luz de la luna llena y las estrellas hasta que sintió la proximidad de un sonido ronco de motor en la lejanía del desierto.
Un sonido que se intensificaba por momentos y un haz de luz que se aproximaba en la lejanía hacia donde se encontraba el.
A los cinco minutos mas o menos, el misterio se disipó al parar junto a él, un precioso chopper de estilo californiano y minimalista, con un mtor S&S de 110 cubic inches, unos escapes artesanales que rugían como la mismísima boca del infierno y la mas bella amazona que podría haber imaginado en sus mas lúbricos sueños.

Una pelirroja con el pelo muy largo y rizado, de una estatura de 170 cms aproximadamente, de piel blanca y pecosa. Con unos ojos claros como el hielo y con un cuerpo espectacular. Cinturita esbelta y tetas gordas, que se adivinaban bajo su camiseta blanca, bajo una chaqueta de cuero abierta y sus vaqueros de cuero ajustados, con ceñidor de serpiente y hebilla de plata.



Sam no podía creer lo que estaba viendo, hasta que la pelirroja echó sus botas a tierra y se acercó hasta él.

-Hola. ¿Que hace un chico como tu en un sitio como este... y a estas horas de la noche? (Preguntó la pelirroja).

-He salido a dar una vuelta. No podía dormir bien (respondió Sam mientras se recomponía torpemente de la sorpresa).
-Lo hago con cierta frecuencia, aunque hace ya algún tiempo que no lo hacía. ¿Y tu?.

-He salido por lo mismo y por ver el eclipse de luna que habrá esta noche.
-Por cierto: Mi madre dice que no hable con extraños. (dijo con una mueca guasona). Me llamo Eva.

-Ja, ja, ja. Yo soy Sam. Encantado de conocerte, Eva. Tienes el nombre de la mujer que es la perdición de cualquier hombre desde el día de la creación (Sam bromeó con intención de tirarle los “tejos” a la pelirroja).
-No sabía que esta noche hubiese un eclipse lunar.

-Pues lo hay. Dentro de una hora y media o dos. Si quieres lo podemos ver juntos. Dicen que se conceden los sueños mas difíciles si los pides con la suficiente fe.
-¿Hacia donde vas?.

-Me da igual. A donde tu quieras. Y no tenía ningún deseo hasta que te he conocido.

-Ja, ja, ja. Pues lo mismo que yo (respondió Eva).

A Sam se le pusieron los ojos como platos y se le erizó la piel de la nuca al escuchar esta última frase.
-Perooooo. Un pivón como tu, seguro que tiene a un maromo que no te suelta ni con agua caliente (replicó Sam).

-No des tantas cosas “lógicas”por hechas, chaval. Confía mas en tu instinto.

-Mi instinto me dice que eres la tía con la que he soñado durante toda mi puta vida, nena.

-Tal vez por eso estoy aquí.

Mientras Eva decía esto, se acercó mucho a Sam buscando besarlo, mientras acercaba su cabeza sujetándolo por la nuca con sus delicadas manos protegidas con unos mitones de piel.

Sam se dejó hacer y pronto sintió el beso húmedo e intenso, los pechos cálidos sobre él y un tremendo escalofrío que a punto estuvo de hacerle perder el sentido. Era el beso mas intenso, dulce pero también mas extraño y desconcertante que había sentido en toda su vida.

-Si quieres, damos una vuelta hasta una zona con curvas que hay entre Congress y Prescott. Desde allí podemos ver el eclipse de puta madre.

-Ok, Eva. Te sigo.



Ambos montaron en sus motos y el estruendo de sus motores, rompió la calma del desierto.
Como dos motoristas fantasmas, el haz de luz de sus faros, cortaban por la mitad la inmensidad de la noche. La inmensidad del desierto... de camino hacia la zona donde se habían visto caer algunos relámpagos.

Eva pilotaba de puta madre. Trazaba las curvas a tumba abierta, hasta que las chispas de sus escapes o chasis en contacto con el asfalto, saltaban mágicamente, dándole a la hembra, un toque mas salvaje y exótico si cabe, que estaba poniendo a Sam “cardiaco” solo de verla.
De hecho, le costaba seguir su ritmo, a pesar de que sus huevos estaban mas que pelados de ver el asfalto bajo ellos durante muchos años.
Velocidades de mas de 160 kms/h por carreteras de apenas dos carriles y por las que de un momento a otro se les podía cruzar cualquier bicho salvaje, hacían que la adrenalina del cuerpo de Sam, inundase cada uno de sus sentidos.

Finalmente, cuando ambos se detuvieron en la cima de una especie de páramo en pleno desierto. Se sentaron sobre a una gran roca desde la que podían ver la cúpula celeste sin temor a ser mordidos por una serpiente de las que andan por entre los arbustos.

Se abrazaron, se besaron y hablaron de muchas cosas. Trascendentes unas e intranscendentes otras.
Desde luego, Eva era la tia de sus sueños. Sam se había enamorado completamente de ella, cuando la conversación se fué derivando a algunas cuestiones metafísicas.

Fué entonces cuando le acarició muy dulcemente y mirándole a los ojos le contó que a veces, las cosas no son lo que parecen. Que el ser humano, siempre ha teñido de dramatismo cuestiones como la muerte y que en realidad ella siempre había estado con el. Velando por su seguridad y observando como vivía.

Sam se asustó un poco. ¿Que clase de loca le había tocado en esa ocasión?. ¿A que se refería?.
Fué entonces cuando Eva le confesó a Sam su verdadera identidad.

-Soy tu Angel de la Muerte y he venido a por ti.



Sam se quedó pálido, porque pensó que la tia era una psicópata asesina que acabaría con él de un hachazo en cualquier instante.

-No. No soy una psicópata asesina (respondió Eva leyendo sus pensamientos). Siempre he estado contigo prácticamente desde que naciste.
-En muchas culturas, se me conoce como angel de la muerte, en otras como angel de la guarda, en otras, simplemente como tu angel.
-Dicen que el roce hace el cariño y pese a que me has hecho trabajar bastante en ocasiones con algunas de tus peleas y accidentes para que no fuese “tu hora” (le reprochó en broma), terminé enamorándome de ti.
-Recuerda que en otro tiempo, yo también fuí una persona. Pero no fuí lo suficientemente completa y plena en mi vida como para dar el “gran paso”, sino que tuve que pasar un tiempo dedicándome a una misión encomendada. La de ser “tu angel”.
-Digamos que tampoco ahora es “tu hora”. Esto ha sido una especie de truco, de trampa mía para estar contigo el resto de la eternidad como pago a mi “paraiso” que se puede materializar debido al eclipse de esta noche, algún tiempo antes del que estaba escrito en las estrellas.

-Por eso puedes elegir, Sam. Puedes elegir continuar viviendo tu vida y yo continuaré esperando el día en que tenga que venir a acompañarte hacia la otra dimensión para estar juntos (si así lo deseas), o bien puedes montar en mi moto esta noche mientras se produce el eclipse y marchar juntos hacia la eternidad.
-El eclipse abre las puertas de ambas dimensiones, para que de cuando en cuando, se puedan materializar los sueños imposibles. Y esta es una ocasión en la que tu sueño y mi sueño, creo que bien merecían que yo te confesase esta situación.

Sam lo pensó durante unos minutos. En silencio.
Su vida, sus sueños, sus anhelos, pasaron por su mente a una velocidad vertiginosa.
Meditó seriamente si quería acompañar a Eva o continuar viviendo su vida, que tampoco estaba tan mal. Al fin y al cabo, vivia sin lujos, pero lo hacia como quería y en relativa libertad.
No sabía si le quedaría mucho tiempo hasta que llegase la hora de su muerte, pero tampoco le importaba demasiado.



Decidió finalmente que en su vida “el pescado estaba todo vendido” y que ya no le quedaba nada mas por hacer, mas que ser feliz en la eternidad con la mujer de sus sueños. Con su Angel de la Muerte. Con quien había confesado un amor mutuo, sabiendo de alguna manera, que Eva no le había mentido en nada.

Sam se levantó lentamente y tiró del brazo de Eva para ponerla de pie frente a él y abrazarla.
La beso dulcemente hasta que notó el cuerpo de Eva estremecerse y fué cuando la dijo:
-Te amo. Vamos en tu moto a donde me lleves.

Ambos se sentaron el el chopper de Eva. Ella arrancó el motor de la máquina y el haz de luz de la motocicleta volvió a rasgar la oscuridad de la noche, en dirección al eclipse de luna que se producía en ese instante, creando una oscura silueta en la luz que iluminaba la noche. En dirección a los rayos que caían alrededor de donde rodaban. En dirección ...
A la eternidad.



Nunca mas se supo de Sam ni se encontró su cuerpo.
Al cabo de pocos días, las autoridades hallaron su Harley estacionada en un lateral de la ruta 66 cerca de Flagstaff. Con las llaves puestas en el contacto y gasolina mas que suficiente en el depósito.

Al cabo de unas semanas se canceló su búsqueda y algunas de las revistas para las que trabajó, se hicieron eco de la noticia, publicando una pequeña columna de recuerdo.

Los amigos de Sam, colocaron su retrato en el bar que frecuentaban, frente a la barra, junto al retrato de los demás bikers fallecidos. Por los que brindaban en su honor frecuentemente.
También hicieron una ceremonia de despedida, en la que el rugir de numerosas motos, sonó hasta en el mismísimo infierno y la bebida, sus escritos y sus fotografías, no faltaron.

Para las autoridades, tan solo se trató de un posible ajuste de cuentas, en el que alguna banda rival había matado a Sam y había hecho desaparecer el cadáver.

Doktor Jeckill. Enero de 2009.

viernes, 23 de enero de 2009

Carta a mi hijo.

¿Sabes? Te echo demasiado de menos.
¿recuerdas cuando disfrutábamos juntos jugando, viajando o leyendo un cuento?.

Disfruté enormemente de tu niñez.
Cambiándote los pañales, limpiándote o dándote de comer.
En algunas ocasiones tuve que regañarte,
pero en muchas mas, eras mi gran motivo de orgullo.

Recuerdo cada instante tu mirada, tus ojillos grandes y despiertos, tus risas, a carcajadas y tu ansia por aprender y por ser mayor de lo que eras.
Tus primeros pasos, tus primeras frases, tus primeras trastadas...
Todo aquel cúmulo de etapas que juntos compartimos.

Hasta que tu madre te arrancó de mi lado.
Hasta que con palabras hirientes, tu madre compitió por tu amor y respeto tratando de envenenarte contra mi.
Durante muchos años no lo consiguió. Tu seguías queriendo a tu papá y te llenabas de ilusión cada vez que nos veíamos a escondidas.
A escondidas porque si no, tu madre te gritaba, pegaba y castigaba, sin que nadie pudiese evitarlo, ya que la ley le daba “patente de corso” al ser mujer.

Yo he tenido que callar durante todos estos años. He tenido que aguantar las injusticias,las misandrias y los reproches por no haber litigado legalmente un proceso que sabía que no podría ganar.

Y lo mas importante era que tú, en medio, serías siempre el “daño colateral” que mas sufriría.
Para evitarlo, siempre te dije que hicieses caso a tu madre y a tus profesores para tu bien y educación. Creo que jamás me oiste hablar mal de ella para que no perdieses mas aún la visión de su figura tutelar y te invité a que te dejases educar por ella en la medida de lo razonable.

Dentro de poco serás legalmente mayor. Legalmente adulto. Moralmente responsable.
Siempre te dejé claro que estaría allí. A tu lado siempre que me necesitases. Que si tuvieras cualquier problema recurrieses a tus profesores (que siempre tuvieron mi teléfono) o a la policia para localizarme de inmediato y que estuviese donde estuviese, en un plazo mínimo de tiempo, estaría junto a ti haciendo frente a lo que fuese.

La promesa que siempre te hice continúa vigente. Solo que ahora, además, ya no tendrás que rendir cuentas a tu madre. Serás un ser adulto y con capacidad de decisión sobre tus actos y movimientos.
Estoy deseando de volver a verte.
Son muchos los años en los que no podía ver niños sin que se me humedeciesen los ojos y se me encogiese el corazón recordándo tu ausencia.

Tuve que alejarme por tu bien. Para que no fueses el objetivo de la ira de tu madre.
Disfruté muchísimo de tu infancia, me he perdido tu adolescencia...
pero por favor. Déjame vivir contigo los pequeños y los grandes momentos que te proporcionará tu juventud y tu edad adulta.
Los problemas, los miedos, los triunfos y los sueños obtenidos.

Y déjame guiar tu mano por un camino recto para que el día de mañana seas todo lo que quieras ser, sin necesidad de perjudicar a nadie en tu camino.

Deseo tanto pasar esta página de nuestras vidas, que me ansío esperando el momento. Sin recuerdos negativos, sin reproches, sin problemas...
Te echo tantísimo de menos, hijo...
que ya no aguanto mas tiempo sin tenerte a mi lado.



Doktor Jeckill. Escrito en la mente (y el corazón) en 1998 y plasmado al papel en Mayo de 2008.

martes, 20 de enero de 2009

Si el gobierno te trata peor que a un perro, ¡Hazte lobo!


Eres un “presunto” maltratador, solamente porque tienes pareja.

Eres un “presunto” agresor sexual, porque tienes pene.

Un “presunto” pederasta, porque navegas por Internet.

Un “presunto” evasor de impuestos porque te investiga hacienda.

Un “presunto” criminal violento, porque eres hombre.

Eres también un “presunto” terrorista vial, porque tienes vehiculo a motor.

Y un “presunto” pirata de la propiedad intelectual porque tienes CD´s virgenes.

Eres de igual manera, un “presunto” delincuente ecológico porque generas basura.

Eres un “presunto” suicida inconsciente al que le sobra el dinero, porque tienes una moto.

Eres un “presunto” insolidario, porque hay mujeres que cobran menos que tu.

Eres un “presunto” fascista y nazi, porque tienes tus propias ideas políticas.

Un “presunto” asesino del medio ambiente porque consumes gasolina.

Un “presunto” cruel con los animales porque vas a los toros o tienes una chaqueta de cuero.

Eres un “presunto” misógino, machista y descerebrado porque eres heterosexual.

Eres un “presunto” xenófobo, porque no aceptas la imposición de otras culturas en tu barrio.

Eres un “presunto” cerdo consumista, porque mientras hay niños que mueren de hambre en el mundo, tu te aprietas un chuletón en casa de tu madre.

Eres un “presunto” cabronazo, porque no das el 0´7% de tu dinero a las ONG´S para el tercer mundo.

Eres un “presunto” racista por no aceptar al negro que vende droga en el colegio de tu hijo o a los latinos que exigen un pago por el uso de una cancha deportiva publica de tu barrio.

Eres un “presunto” componente de una banda criminal organizada, porque llevas en tu moto una pegatina de “Support MC”.

Eres un “presunto” toxicómano, porque fumas porros o porque tomas los antidepresivos que te recetó tu médico.

Eres un “presunto” vago y una lacra social que le pesa a la seguridad social porque llevas meses en el paro.

Eres un “presunto” navajero, porque llevas una navaja o alicate multiuso en su funda del cinturón, desde que fuiste boy scout.

Eres “presuntamente” muchas cosas mas. Pero como no nos podemos fiar de tantas de tus “presunciones”, vamos a tratarte como si todas esos estigmas que te marcan, sean verdad (que seguro que lo son, al menos muchos de ellos).

Bienvenido al infierno, pedazo de cabrón. No tienes derecho a la vida y a la libertad, pero te dejaremos libre tal vez, siempre que produzcas nuestro dinero y para que continúes pagando el crédito que debes a una de nuestras queridas entidades bancarias.

El estado necesita que empujes la rueda de molino que hace que funcione nuestra perfecta, tolerante y pacífica sociedad, en la que no tienes cabida, pero que si eres un cordero fiel, te permitiremos disfrutar... tal vez.

Firmado:
El gobierno de tu país, que trabaja día a día por tu bienestar y el de todos.

miércoles, 7 de enero de 2009

Doce campanadas.

Doce campanadas, rompen el silencio de la noche gélida y oscura,
en el campanario de un reloj lejano.

Doce segundos intensos, en los que nuestras miradas se cruzan
con fuego de pasión en la mirada.

Doce uvas cada uno, que comemos para recibir un nuevo año.

Doce meses que quedan atrás, para recordar en el olvido.

Doce instantes mágicos, que indican el inicio de una nueva vida.

Doce besos, doce caricias, doce susurros...

En el cambio del año, en el cambio de vida,
en el cambio del dolor y penurias, hacia la esperanza.

Un nuevo periodo se abre ante nosotros para que lo apuremos con pasión.

Un periodo de doce.
Doce... ¿dias, semanas, años, lustros?

Yo digo: “Doce besos”, que sellan doce promesas, doce compromisos, doce alientos de solo dos personas que se funden en una, con el nuevo año.

Doce ilusiones, doce sorbos de champán...
Doce orgasmos para antes de que acabe la noche.

Doce millones de caricias...
solamente, en mitad de la noche.

Doce campanadas en el campanario de un reloj lejano.
Solamente, entre tu y yo.


Doktor Jeckill. Enero de 2009.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Te deseo por tu cuerpo

A menudo bromeas diciéndome que solo te deseo por tu cuerpo
... Y tienes razón.

Que te quiero por el sexo... por el buen sexo que me das
... y también tienes razón.

Que me gusta tocarte las tetas, como si de un remedio contra el estress se tratase
... y aquí, reconozco que también tienes razón.

Pero también te quiero por tu saber estar.
Por tu educación, inteligencia y cultura.

Por tu creatividad, fortaleza y empuje
Y por que siendo iguales, me tratas como a tu señor.

Te deseo porque soy mejor cuando tu estás a mi lado
porque la calidez de tu piel, templa mi corazón helado
porque no me siento solo cuando estoy entre tus brazos.

Te quiero porque a menudo te sorprendo mirándome
con deseo y con dulzura, en la oscuridad de la habitación

Y porque se te ilumina la cara de orgullo
cuando te beso en público, orgulloso de ser tuyo.

Porque dia a día y noche tras noche
haces que poco a poco, me olvide de malas experiencias pasadas.

Porque con tu dulzura, calma y constancia
me haces sentir que al menos para alguien, soy especial e importante.

Porque no tuviste miedo al mostrarme tu lado mas vulnerable
permitiéndome la posiblidad de hacerte daño

aprovecho esa circunstancia, para quererte, mimarte y protegerte aún mas.
Aprovecho tus debilidades para hacerte feliz y que te sientas orgullosa de mi.

Te quiero porque cuando me rascas la espalda
me acaricias el alma.

Te quiero porque me siento afortunado
de que alguien como tu, quiera a alguien como yo.

A menudo bromeas diciéndome que solo te deseo por tu cuerpo
... Y tienes razón

... Entre otras cosas.

Doktor Jeckill. Diciembre de 2008.

Si crees que ayer hablé demasiado...

Si crees que ayer hablé demasiado
tal vez fuese porque me encontraba muy solo.

Si piensas que soy peculiar y extraño
es muy posible que tengas toda la razón.

A veces me sorprendo a mi mismo
de mis rarezas y mi búsqueda de la soledad

a pesar de que en el fondo
necesite de una cálida compañía femenina.

Pasé largo tiempo sintiéndome solo
en los brazos de mil mujeres malditas

me sentí a veces solo
en los brazos de mil benditas mas.

Tal vez anoche pensaste que quería sexo
pero tan solo necesitaba de un cálido abrazo.

Tal vez creíste que estaba algo abstraído
a pesar de mi estéril conversación.

Pero tan solo se trataba de una coraza exterior
cuando en el fondo, ansiaba de un beso tuyo.

Un beso fraternal, de amistad, de pasión...
eso me daba igual. Pero un beso, al fin y al cabo.

Solo soy otro ser asustado
en el proceloso mar de mil sentimientos encontrados.

Anoche pensaste que tal vez hablaba demasiado
pero tan solo, necesitaba un largo y cálido abrazo tuyo.


Doktor Jeckill. Diciembre de 2008.

jueves, 27 de noviembre de 2008

WANTED!!

martes, 30 de septiembre de 2008

GRACIAS.

A pesar del daño que me hiciste
y de romperme el corazón...

te doy las gracias.

Por tus continuas mentiras y tus malos modos
por tu deslealtad y tus palabras hirientes.

Por todo ello, te doy las gracias.

Gracias a ti soy quien soy.
Gracias al dolor que me infligiste, ya no llora mas mi corazón.

Gracias a hacerme caer, porque gracias a ello
aprendí a levantarme una y otra vez.

Aprendí a amar solo a quien lo merece y
descubrir que quien bien te quiere, no te hiere intencionadamente.

Aprendí que quien te ama, no desprecia un regalo por pobre que sea.
O a disfrutar de una mirada furtiva repleta de amor, cuando la sorprendes mirándote.

Gracias a personas como tu
aprendí que hay gente que pone precio al amor,
pero que también hay otras para quienes su premio es el de dar, sin mirar que pueden recibir a cambio o el valor cuantitativo de ello.

Gracias a ti, caí tan bajo, que el fondo en el que me hundiste, solo me sirvió para coger impulso y a tomar aire fresco en la superficie que supone un amor limpio.

A diferenciar el fango, de la tierra fértil
y a no regar con mis lágrimas, un amor que jamás podrá florecer.

A soñar despierto con las caricias de quien no te hiere
o a dormir tranquilo cuando no temes a quien duerme a tu lado.

Gracias a ti no perderé más el tiempo con personas como tu
Y sabré valorar mas y mejor a quienes la belleza les supura por los poros de su piel.

Gracias por haberme herido
porque he descubierto que hay a quien valgo la pena de curar.
Con paciencia, constancia y mucho amor.

Por haber hundido mi autoestima
porque ahora siento el abrazo y cariño de para quienes soy realmente importante y especial.

Te doy las gracias porque no puedo odiarte.
Porque tan solo me mereces lástima.

Por todo ello y por el camino que tengo frente a mi, tras haberte superado...
Te doy las gracias.

Doktor Jeckill. Sept de 2008.

A VECES, CUESTA TANTO...

A veces cuesta tanto escuchar lo que nuestro corazón nos quiere decir...
que erramos en nuestra forma de actuar porque vamos en contra de nuestra propia naturaleza.

A veces cuesta tanto pedir perdón...
que perdemos la oportunidad de disfrutar de la compañía de quienes apreciamos.

A veces cuesta tanto abrir el corazón...
que hacemos daño por omisión a quienes desean sanar nuestras heridas del alma.

A veces cuesta tanto pedir ayuda...
que nuestro orgullo nos obliga a vagar en soledad, por las calles solitarias de la ciudad en un día de lluvia.

A veces cuesta tanto renunciar a lo que ya perdimos...
que ello impide volver a ver un nuevo abanico de posibilidades que la vida nos ofrece.

A veces cuesta tanto elegir el camino...
que no nos damos cuenta de que no hay caminos buenos y malos, sino simplemente, con diferentes destinos.

A veces cuesta tanto levantarse tras una caída...
que perdemos parte de nuestra vida lamiendo nuestras heridas.

A veces cuesta tanto mirar hacia adelante...
que los fantasmas del pasado nos atrapan y nos roban el futuro, anclandonos en lo peor del pasado.

A veces cuesta tanto vivir sin esperanza...
que duele en lo mas profundo y te convierte en roca impasible, dañando los sentimientos de quienes esperan de nosotros una mínima reacción humana que nunca llega.

A veces cuesta tanto encontrar una razón para levantarse cada mañana...
que nos acostamos deseando no despertar al día siguiente.

A veces cuesta tanto escribir lo que sale del corazón...
que tal vez esto, debería haberse escrito ya, años atrás.

Doktor Jeckill. Septiembre de 2008.

lunes, 15 de septiembre de 2008

CANTOS DE SIRENA

Perdiste el rumbo, marinero
El norte, el barco y el dinero

Sabías navegar bien, lejos de las rocas
Con pericia y precisión, como pocas.

No sospechaste que la soledad del mar
No difiere mucho de la de la barra de un bar

Solitario y rudo contra los elementos
Te sentiste solo y triste por momentos

Y no viste venir el peligro desde la orilla
Solo viste su pelo rubio y su cuerpo de maravilla.

Sabias navegar y tragarte tus penas
Pero nadie te advirtió sobre cantos de sirenas

Cantos que ejercían sobre ti, poderosa atracción
Como si del mismo infierno, llegase la maldición

Hacia rocas y escollos de desesperación
Te llevó su dulce canto, directo a la perdición.

Ahora estas en el dique seco, marinero
Solo, triste y sin dinero

En la taberna de cualquier puerto
En el fondo del mar quedó tu orgullo muerto.

tras los traicioneros cantos de sirenas
Solo queda hiel corriendo por tus venas

Busca nueva tripulación y una nave con la que zarpar
En la inmensidad del océano, para poder olvidar

Volver en cada puerto, a tener una mujer
Esperando durante la travesía sus cuerpos oler

Peleas en tabernas, ron y mujeres por doquier
No son malas recetas, para intentar olvidar a aquella mujer

Navega lejos de la costa marinero, huye de la pena
Y sobretodo, no vuelvas a escuchar los cantos de sirena.

Doktor Jeckill. Abril de 2006.

UN BRILLO,UN RESPLANDOR.

Un brillo, un resplandor.

Una mirada. Tu mirada.

Un amor. El nuestro.

Una vida alterada.

…Alterada por tu dulce amor.
Es mi vida acabada

…Y comenzada de nuevo,

Donde lo hace tu amor.


Doktor Jeckill 1990.

RÉQUIEM.

Ayer estuve trabajando con una gente a los que se les acababa de morir su hija de tres años. Un padre desconsolado, una madre que se encuentra con la mirada perdida y que en sus pensamientos, se encuentra lejos, muy lejos de la realidad y una familia y amigos con montones de preguntas existenciales para las que no existen respuestas razonables.
Un simple vómito les arrebató lo que más querían y nadie pudo hacer nada para impedirlo. Ni sus propios padres, ni los servicios de emergencia, pudieron evitar que se encharcasen unos pequeños pulmones que estaban aún aprendiendo a vivir, llenos de energía e ilusiones.
Evidentemente, la niña no tenía casco ni moto donde te puedan multar si no lo llevas, pero murió. Tampoco practicaba deportes de riesgo ni fumaba, ni vivía en una zona de guerra o donde la hambruna se cobra diariamente la vida de cientos de criaturas igual que ella año tras año sin que se haga realmente nada serio para evitarlo. Pero sin embargo, murió de la manera que siempre sentimos que se muere: De una manera absurda.

Casi todos los días de mi vida guardo un ratito de mis pensamientos y mis recuerdos por todos aquellos moteros que encontraron la muerte tras una maldita curva, a través de un quitamiedos, bajo un coche o en el sucio asfalto de una manera igualmente absurda que la de esa niña.
A algunos los conocía personalmente, a otros nunca los conoceré, al menos hasta que mi moto y yo rodemos por las mismas carreteras celestiales que ellos, bebiendo cervecita gratis (Supongo que la cerveza en el Cielo será “San Miguel”) y follándonos a las mismas preciosas angelitas en cualquier garito del paraíso. Pero hasta ahora, se les echa de menos un montón. A cada uno de ellos, llenos de vida y de ilusión unos, otros con sus manías o sus bromas, otros un poquillo más quemados y vapuleados por la vida que les tocó vivir, pero todos con derecho a saber el día en que nuestra colega de la guadaña tenía que venir a recogerlos para poder elegir si ese día saldrían a rular con su moto o, por el contrario, se quedaban mejor en casa esperando a que la muerte pase de largo sin reparar en ellos.

Probablemente, cuando a mí me toque, elegiré hacer el “Gran Viaje”a lomos de mi máquina y con la melodía de mis escapes de fondo (Prefiero a Clapton, pero en mi burra no llevo radio ni nunca la llevaré). Lo que sí me gustaría es haberme despedido de mi hijo, de mi chica y de mi gente y haberles pegado el último corte de mangas a los guindillas y a mis enemigos, a los cuales les diré que si no reventé antes, fue sólo para que se jodiesen con carácter indefinido y que así seguirá siendo hasta nuevo aviso.

Recuerdo también a los que no perdieron la vida, pero sí brazos, piernas, la capacidad de caminar o de moverse con libertad o aquellos que cuando ven la película “Robocop” les entra la risa porque ellos llevan mas tornillos y placas metálicas que el personajillo de la peli. A todos ellos les cambió la vida de la manera más cruel que yo considero y a muchos de ellos les abandonaron sus parejas como a perros porque las muy putas ya no follaban con un triunfador que las mantuviese como ellas pretendían.

Me acuerdo de viudas desconsoladas y solas, de huérfanos que preguntan por su padre y que crecen sin su calor y amor, de amigos que incluso a veces reniegan de la moto porque no soportan la pérdida de su gran colega o hermano, pero también me acuerdo de los políticos que nos imponen cínicamente duras sanciones “para protegernos” y que luego son los primeros que se niegan a reparar las trampas letales para motoristas que encontramos en cualquier puta tira de asfalto de este país si para ello no existe una buena comisión de por medio o que la presión social sea tan grande que al final tengan que ceder o “parchear” alguna ñapa al respecto (Como es el caso de los quitamiedos en estos últimos años) Después, cuando te estrellas porque la carretera tiene un “bujero” de los de cazar osos, se limitan a decir que la culpa es tuya porque ibas rápido (mentira) o llevabas el casco desabrochado o quitado.

Dice un poema popular: “El día de mi muerte me gustaría estar vivo, para ver si a mi entierro, van mis amigos”.
Yo personalmente, pienso parecido, pero mis colegas saben que si yo caigo, aprovechen mis órganos para quien los necesite (Siempre que no sea mi ex mujer), que embalsamen mis atributos sexuales y se los lleven a mi chavala (Para que no me eche mucho de menos)y que si no aceptan lo que quede para el comedero de buitres del FAPAS, que abandonen mis despojos en el carril central de la Gran Vía madrileña para que el hijoputa del alcalde se moleste en pagarse una retirada de animal muerto y se rasque el bolsillo para darme un entierro que dudo mucho que sea decente.
Después sesión multitudinaria de alcohol y putas al más puro estilo motero (espero que me dejen una botellita de Jack para el viaje) y que se ocupen de mi hijo, por lo menos, como hasta ahora y que le permitan ser miembro de la banda hasta que pueda conducir una moto él solo y pueda continuar la dinastía de Bikers que espero haber comenzado (Tengo antepasados que fueron cosacos, pero pese a algunas similitudes, ellos iban en caballo y no en moto, por lo que creo que eso no cuenta).

Joder!, me he puesto mas profundo que el submarino Kursk hace unos meses. Pero la culpa es del Blues que estoy escuchando y de que me acuerdo todos los días de aquellos que nos dejaron por culpa de un imbécil a bordo de un coche, de un cabrón de politicucho tan ineficaz como sonriente ante cualquier cámara de TV. o de ambos, en algunos de los casos.
Alguno también se marchó por capullo y por creerse Alex Crivillé sin serlo, no lo voy a negar, poniendo en peligro a los demás y justificando a aseguradoras y burócratas el que nos puteen y nos sangren económicamente año tras año. A sus familias, mi pésame y a ellos, que les den mucho por culo.
Me dejo muchas cosas en el tintero, pero el tiempo apremia y la vida sigue (Y a que ritmo!), por lo que no me puedo permitir el lujo de dedicarle a los que ya no están, mas que un ratito. Eso sí, todos los días de mi vida mientras esta dure.

Me despido de los que están aún por aquí y de los que ya no pasan frío en invierno ni calor en verano, por si pueden leer esto desde donde estén. Yo ya tengo mi entrada para el infierno pagada con un pase VIP y barra libre de garrafón. Nos veremos por allá cualquier día de estos. Mientras tanto, repito lo que siempre digo al cruzar el cementerio: “Enseguida vuelvo”.


Doktor Jeckill.

jueves, 11 de septiembre de 2008

11-S. Homenaje de los caídos en la masacre del WTC.



Hace ya siete años, que en una cálida mañana de septiembre, me encontraba trabajando para un conocido cantante de reggae: "Shaggy" en los estudios centrales de TVE en Prado del Rey.
En un momento no determinado, se escucharon comentarios de asombro y preocupación, mientras que los empleados de TVE se amontonaban junto a nosotros,frente a los monitores de televisión ubicados en el vestíbulo principal de las instalaciones.

En un principio, pensé que lo que veían mis ojos a través del canal internacional de TVE no era mas que una película de acción con espectaculares efectos especiales.



Pero nada mas lejos de la ficción. En esta ocasión, la realidad volvía a superar a la fantasía y a los trucajes de cine.
La preocupación, el asombro, la rabia y la tristeza se unían a la tremenda preocupación que Shaggy mostró en cuanto supo por nosotros de la tragedia.

Shaggy es Jamaicano, pero desde hacía muchos años residía en Brooklyn.
Hasta que no consiguió hablar con su familia por teléfono, no consiguió calmarse algo.
El resto del tiempo que pasó hasta su concierto y regreso a EEUU, cambió su carácter y su rostro tenso de ex-marine, no le abandonó durante el resto de la jornada.

Yo supe pronto que uno de mis primos, había estado en el WTC esa misma mañana, pero por suerte, había abandonado el lugar a tiempo.

Me vinieron a la memoria recuerdos de mi mismo en la azotea de una de las torres muchos años antes, dejando alguna pintada para dejar constancia de mi paso por aquel lugar.
Un lugar que jamás podría volver a visitar porque ya no existía.



En este 7º aniversario del indecente y terrible ataque al World Trade Center de New York, el 11 de Septiembre de 2001, no quiero dejar pasar la oportunidad de homenajear a todos aquellos trabajadores que perdieron la vida en aquel "sin sentido".

Bomberos, policías, sanitarios y personal de las oficinas ubicadas en lo que ahora viene a denominarse la "Zona cero".



En esta ocasión, quiero personalizar un poco mas y humanizar la noticia, huyendo de cifras, números, estadísticas...Para dar un nombre y apellidos a las víctimas.

Este año, quiero dedicar esta entrada al blog a William "Bill" Biggart.
Un reportero gráfico fallecido en el suceso.
A una de esas personas que hacemos que el Mundo resulte algo mas pequeño, algo mas alcanzable por todos, mediante nuestras imágenes.



Imágenes que producen sensaciones, sentimientos, etc y que con ellas, a veces, (queremos creer), que ayudamos a cambiar situaciones que jamás deberían haber existido.



Bill Biggart fué uno de esos compañeros fotógrafos que vivió tras el objetivo de una cámara de fotos durante mediados-finales del siglo XX.

Nacido en 1947, pudo ver el levantamiento del muro de Berlín y años mas tarde, fotografiar su caída.

Fotografió la ciudad de New York entre 1967 y 2001, denunció el racismo de los estados del sur de USA, así como el conflicto palestino,los tiempos violentos de la Irlanda contemporánea y denunció la situación de los niños de las favelas de Brasil.

Perdió la vida cuando la segunda torre del World Trade Center se desmoronó.

Cumplía con su trabajo como reportero, inmortalizando con sus instantáneas, lo que pienso que fué un cambio radical de nuestra era y del orden mundial.

Como numerosos corresponsales que han estado en tantos y tantos momentos de tremendo caos, situación de guerra o disturbios generalizados, pagó un altísimo precio por su pasión a la fotografía y su cometido como informador.

Desde aquí, mi admiración y mi respeto por toda una vida dedicada a la fotografía.
Estas son sus últimas fotografías:

miércoles, 10 de septiembre de 2008

"Silencio".

Han pasado mas de veinte años.
Desde que aún era joven y saboreaba cada inyección de adrenalina que la vida me proporcionaba.
Una vida repleta de acción y aventuras, de emociones encontradas y de conciencia olvidada.

Yo servía por aquel entonces en el ejército. En una unidad especial de legionarios paracaidístas.

Era una tarde cualquiera, de un día normal en la breve rutina que teníamos en la base militar.
Una tarde fría de invierno, en la que las sombras se apoderaban de los rincones que poco antes habían sido iluminados por la luz difusa y triste de un día sin sol.

Era la hora en la que la bandera de la guarnición, era bajada hasta la mañana siguiente, en la que la frenética actividad de miles de soldados volverían a verla ondear en lo alto del mástil.

Pero esa tarde, salvo los compañeros que se encontraban en servicios de guardia y logística, pocos eran los soldados que deambulaban por el acuartelamiento, tras detener su actividad para disfrutar de un merecido y reparador descanso.

Era el esperado momento en que el toque de corneta sonaría con el toque de “silencio”. El toque que anuncia el final de la jornada laboral en el cuartel, pero sobretodo, recuerda a todos aquellos compañeros caídos en servicio, a lo largo de la historia del ejército español.

Debido a la peculiar naturaleza de mi acuartelamiento, ya que era una base poblada en exclusiva por soldados profesionales de las fuerzas especiales y mas concretamente de la brigada paracaidísta, la visión de compañeros caídos en combate, en maniobras o incluso en el durísimo entrenamiento de instrucción, este toque de corneta significaba para cada uno de nosotros, mucho mas de lo que podría significar para un soldado convencional, de los que hacían su servicio militar obligatorio, haciendo guardia, frente a una maquina expendedora de coca-colas.

Los cornetas eran variados. Unos eran buenos tocando, otros no lo eran tanto y otros eran objetivo preferente de cualquier objeto arrojadizo que tuviésemos a mano.
Durante el toque de silencio, todo el mundo paraba lo que estuviese haciendo y saludaba en posición de firmes, mirando en dirección a la bandera que descendía lentamente, en una ceremonia sagrada para los que alguna vez fuimos legionarios españoles.

Pero lo que hizo especial a aquel día, a aquel instante de pocos minutos, a aquel toque de corneta de aquel crepúsculo en honor a los caídos, fué que el corneta era ya veterano, se licenciaba y aquel sería su último toque.

Todos los que escuchábamos aquella melodía que sonaba, supimos desde las primeras notas que algo era diferente en aquella ocasión.
Las notas musicales, eran especialmente armoniosas, largas, precisas.
Salían directamente del corazón de aquel corneta que había vivido y sufrido entre nosotros, los dos últimos años de su vida. Que había llorado, que había reído, se había emborrachado y había combatido con compañeros que ya no estaban.

El toque de corneta duró mas del doble de lo habitual, pero nadie protestó. Todos saludamos firmes con el pelo erizado por tal exhibición de sentimiento en el paraíso de la testosterona. E incluso mas de una lágrima furtiva pude ver resbalar por el rostro de algún rudo y curtido caballero legionario, en aquel momento tan intenso.

Aquel corneta se marchó. Pero dejó en aquel lugar, aquella tarde, una parte de su corazón.

A veces cuando el silencio se apodera de mi entorno, escucho dentro de mi recuerdo, aquel toque de corneta dedicado a los caídos y siento que un escalofrío recorre mi cuerpo.

A veces, cuando me paro a meditar y a recordar sobre momentos transcendentales de mi pasado, recuerdo aquel toque de corneta que me tocó el alma y me enseñó que ser un legionario español, es un título nobiliario que nos acompaña hasta la tumba, durante el resto de nuestras vidas.

Que el orgullo de haber servido en la legión, permanece intacto por mucho que la vida te hunda en el fango de su mierda del día a día, cuando la fortuna te abandona y te la manda torcida.

Dentro de poco, mi hijo será militar. Ignoro el cuerpo a donde pedirá ser destinado, aunque conociéndole como le conozco, es mas que posible que sea una tercera generación de legionarios, en una familia en la que los guerreros y caballeros, se remontan, generación tras generación, hasta al menos, los guerreros de Ghengis Khan.

Espero que cuando él esté allí, pueda sentir y vivir un toque de silencio al atardecer, como el que a mi, me cambió la vida en aquella fría tarde de invierno.

Doktor Jeckill. Septiembre de 2008.

CON EL “DIA TONTO”.

Tal vez sea porque estoy con el “día tonto”, o tal vez no.
Tal vez sea que ahora tengo tiempo para observar la vida desde otro prisma, o tal vez no.
Tal vez sea porque últimamente me repetía bastante en las acciones que desarrollaba habitualmente... o tal vez no.

Pero esta mañana he dado un largo paseo caminando. He visto a la gente paseando en una mañana temprana de un día festivo.
Lejos del febril ritmo de la noche madrileña, con sus coches llenos de niñatos haciendo el gilipollas. Lejos de reyertas en cualquier bar o discoteca. Lejos de luchas por el poder de una zona o negocio entre bandas mafiosas. Incluso lejos del sonido de varias motos rugiendo sobre el asfalto de la peligrosa y fría urbe conmigo mismo como co-protagonista de la escena en compañía de mis colegas, vaciando barriles de cerveza entre uno y otro antro.

Esta mañana, la misma ciudad oscura, meada, potada y peligrosa de anoche era una explosión de luz, color y gente “políticamente correcta”.
Los parques estaban llenos de padres jugando con sus hijos. Las “Marujas” tomaban plácidamente vermut en las terrazas de los bares engalanadas con sus mejores vestidos y los abuelos leían el “Marca” mientras fumaban tabaco de liar del que hace tiempo que les prohibió el médico.

Los chinos continúan abriendo sus colmados de alimentación y algunas de sus tiendas de “todo a cien” tratando de hallar su particular “Eldorado”. Los curas actúan en sus parroquias en su “función estrella” de la semana sacudiendo las conciencias y los bolsillos de sus feligreses. Y los vendedores de flores continúan esperando en las aceras que algún que otro marido o novio se acuerde de que no hace falta que sea 14 de febrero para demostrar con flores a su pareja, lo mucho que la quieren y se acuerdan de ella.

Me duele todo el cuerpo pero debo caminar para recuperar parte de la masa muscular que perdí en mi último “casting” para ser ángel o demonio. Esta vez salvé el culo por muy poquito. Se ve que no debo ser tan malo como para que el diablo me reclame, pero aún, me sigue sin querer ni Dios.

Camino como un abuelete entre achaques y dolores mientras se sueldan lentamente algunos de mis huesos, pero mi conciencia y mi corazón me duelen aún mas que el cuerpo. Tras el tiempo que llevo en el “dique seco” mi azotea se convulsiona centrifugando miles de pensamientos. Pensamientos que entre la vorágine de la sociedad laboral, se ralentizan enormemente dando paso a soluciones mas rápidas prácticas y, por que no... Egoístas.

Ahora sin embargo, me puedo permitir el lujo de pensar detenidamente. De meditar sobre mis actos y sobre mi entorno de una manera clara y pausada, sin prisas ni cansancio por no haber podido dormir o haberme cascado dieciocho horas currando.
Ahora me permito el lujo de saborear en su extensión los rayos solares y el fresco que inciden sobre mi antes impasible epidermis, aunque no de la forma que mas me gusta: A lomos de mi máquina. ...Otra vez será.

Observo a un chaval de unos 12 ó 13 años al que el efecto de un tratamiento de quimioterapia le ha dejado sin pelo, dejándole apenas unos poquísimos y cortos mechones que acentúan junto a sus marcadas ojeras moradas bajo los ojos, la constatación de una lucha del chaval contra la dama de la guadaña. Sin embargo él ríe y es feliz pateando un balón de fútbol en compañía de su padre y otro chaval que parece ser su hermano pequeño. Es entonces cuando veo quien ha ganado la batalla. Aunque la muerte venga un día a por el chaval, éste habrá saboreado cada momento de felicidad que este efímero paso por el universo, es capaz de proporcionarnos.

Poco antes me he cruzado con otro peculiar paseante. Un hombre ya mayor, de edad indeterminada porque el rostro de las personas con síndrome de Dawn son relativamente atemporales. No sé si el hecho de la falta de maldad o competitividad de las personas “normales” les hace tener esa cara juvenil y con esa especie de sonrisilla y aspecto benevolente, hasta incluso después de que las arrugas se adueñan completamente de sus rostros. Supongo que no. Supongo que tendrá que ver con la información genética o los variopintos síntomas de la enfermedad, pero joder. Se les ve una cara de paz que ya me gustaría ver a mi a muchas de las “damas” de mi pasado sentimental.

Estos días me siento frágil y desvalido. Hace mes y medio era capaz de darme de hostias con el mismísimo Mike Tyson, pero ahora sé que cualquier tropiezo, caída, golpe o movimiento en falso serían fatales para mis costillas rotas y mis vértebras inflamadas. A pesar de todo, me siento bien viendo como progreso rápidamente cada día que pasa y trato de exiliar de mi memoria la terrible humillación que suponía el hecho de que tan solo hace quince días tenían que limpiarme el culo las enfermeras de un hospital.
Ahora casi me valgo por mi mismo en las labores básicas de la vida. Ya solo me tienen que ayudar a ponerme los calcetines y el calzado. Lo demás me niego a que me lo hagan aunque me duela terriblemente porque el hecho de depender de alguien para algo tan básico, supone para mi orgullo una verdadera patada en los cojones.

Algo mas tarde observo como duerme un mendigo en una esquina al final de un largo muro. A la vista de todos, descansa plácidamente en lo que sería su hogar, si no fuese porque el techo es una multitud de estrellas tras un manto de polución que impide verlas y las paredes son decenas de pares de ojos que lo observan con un cierto desprecio y repugnancia. Recuerdo que una vez en mi pasado también experimenté una situación parecida y lo poco que me importaba entonces (Y ahora) lo que opinasen los transeúntes que me observaban a una prudencial distancia con un cierto temor e incluso asco. Con la compañía de unos cartones, una manta y una botella de licor, para combatir el frío existente en el cansado cuerpo y en la maltrecha alma, completamente al margen de los límites socialmente establecidos.

Ya he caminado demasiado y veo una librería abierta. Entro en ella a la caza de un nuevo libro con el que empaparme estos días de su interesante contenido. Es curioso que la gente cada vez lea menos. Estamos en la era de la imagen, pero por muchas películas, por muchos efectos especiales, por muchos dispositivos multimedia con los que nos obsequia esta era tecnológica, ninguno de ellos ha logrado aún enriquecer mi imaginación y mi cultura tanto como solo consigue hacerlo un buen libro.

De paso descanso algo y repongo fuerzas para continuar caminando, ya de regreso hacia la casa de mi madre. Me ha preparado un arroz de esos que solo saben preparar las madres y estoy deseando hincarle el diente, para comer como un señor a plato puesto, sin tener que cocinar antes, ni fregar después.
Así que compro finalmente un libro que me ha parecido interesante y me marcho a zampar.

Mi ex–novia me llama por teléfono y me pide explicaciones de porque he tenido el teléfono apagado. No entiende aún que necesito a veces desconectar del mundo para saborear precisamente lo que este me ofrece en sus mas sutiles manifestaciones.
Además, dejé de ser pareja de ella entre otras cosas para no tener que escuchar sus continuos interrogatorios y reproches varios. Por eso no estoy dispuesto en absoluto a hacerlo ahora.

Es curioso, pero hay muchísimas mujeres que se enamoran de un hombre por como es y cuando disfrutan de su compañía, se empeñan en cambiarlo y moldear un ser insulso del que poco tiempo después se aburrirán. No lo entiendo, pero claro: A pesar de darle mucho “al tarro”, no soy ni seré jamás, parecido a una mujer.

Seguiré sin preocuparme por mi ropa, seguiré sin usar cremas hidratantes, seguiré pringándome las zarpas de grasa con el motor de mi moto y seguiré encontrando placer en oler la lluvia sobre el césped o en el gesto casi mecánico de rascarme los huevos siempre que me piquen.
Seguiré tirándome pedos cuando estos llamen a la puerta de mi culo con la sanísima intención de ser libres y volar. Seguiré pasando de formalismos sociales y sin comprarme un monovolumen para llenarlo de locos bajitos. Seguiré rozando con las estriberas de mi moto en las curvas de una carretera de montaña. Continuaré tratando de ser independiente y hacer felices a las personas a las que quiero y trataré de seguir saboreando cada instante que la vida me ofrece de la manera mas intensa posible sin condicionarme por estúpidas e hipócritas normas sociales, morales o religiosas.
Tal vez porque tenga el “día tonto”...
O tal vez porque hoy tengo tiempo para observar la vida desde otro prisma.

Doktor Jeckill.

Demasiado amor, puede matarte.

Demasiado amor puede matarte
o hacerte perder la razón

demasiado amor te quita el aire
te quita la capacidad de ver con claridad

demasiado amor puede matarte
nublando ficticiamente la realidad

Decepciones con frecuencia,
que te rompen el corazón.

Una peligrosa dolencia
un temor, un miedo, una desazón

cuando la lealtad está ausente
te devora la impaciencia

cuando el amor no es correspondido
la locura se apodera en su ausencia

el cuerpo y la mente sufren de males de corazón
cuando el sentimiento se halla herido

demasiado amor puede matarte
o hacerte perder la razón.

Doktor Jeckill. Abril de 2008.

CUANDO TU NO ESTÁS.

Cuando tu no estas…
Los días se hacen eternos,
las noches son frías y oscuras
y la soledad pesa como una enorme losa.

Cuando tu no estas
los vidrios de mi ventana lloran bajo la lluvia,
las agujas del reloj parecen de plomo
y busco tu perfume entre mis sabanas.

Cuando tu no estas
me da envidia del aire que respiras,
las canciones que escucho son tan tristes
y nuestra casa parece tan vacía…

Cuando tu no estas
el despertador pierde autoridad y no me levanto,
te busco incesablemente entre mis sueños
y las flores se marchitan esperando tu regreso.

Cuando tu no estas
Se escapa la vida entre mis dedos sin importarme.
Cuando tu no estas…

…Cuando tu, no estas.

Doktor Jeckill 2005.

11- M memorial.