miércoles, 10 de septiembre de 2008

Con la lluvia cayendo.

Con la lluvia cayendo ruidosamente tras los cristales,
imagino tu mirada entre las sombras mirándome con deseo.

En el interior de tu casa, entre la penumbra y el calor del hogar.
Imagino nuestras manos recorriendo cada centímetro de piel,
saboreando con mis labios cada pliegue tibio y suave de tu torso.


Con la lluvia cayéndo ruidosamente tras los cristales,
te adivino bella, salvaje y sexual.

Con el olor de tu piel, que busco en las sábanas deshechas
tras un combate cuerpo a cuerpo entre dos solitarios independientes.

como dos hambrientos de pasión y sexo
como dos sedientos de calor humano y amor sincero.

Con la lluvia cayéndo ruidosamente tras los cristales,
te echo tanto de menos, que me cuesta horrores esperarte.

Impaciente por hacer realidad lo que tanto ansiamos ambos
para yacer juntos saboreándonos y abrazados,

contemplar como se va la poca luz que queda en el decadente día,
para dar paso a una plácida y serena noche de placer.

Los dos juntos amándonos entre sudor y jadeos...
mientras la lluvia cae ruidosamente tras los cristales.

Doktor Jeckill. Abril de 2008.

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